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La Alianza Regional por la Libre Expresión e Información presenta el informe “Acceso a la Información de la Salud de los Jefes de Estado”

La Alianza Regional por la Libre Expresión e Información presenta el informe “Acceso a la Información de la Salud de los Jefes de Estado”, donde se repasan algunos de los casos más conocidos y otros de los más recientes sobre enfermedades de los Presidentes (particularmente en América Latina) y el acceso a esta información por parte de la ciudadanía. El propósito es ilustrar que la falta de información cuando un Jefe de Estado está enfermo trasciende el ámbito de la esfera privada, pues se vuelve un tema relevante para la ciudadania.

En este contexto, en el documento se estudia la necesidad que existe de acceder a este tipo de información para evitar especulaciones que pueden atentar contra la gobernabilidad de los propios Estados. El ocultamiento o la manipulación burda de información tan sensible y de alto interés público habilitan el camino de las especulaciones. Corresponde a los actores políticos en el gobierno tratar de evitarlas con información oportuna, completa y confiable y, a la oposición, con un manejo cuidadoso al plantear sus dudas si hay información disponible y adecuada. De esta manera, el acceso a la información contribuye a conjurar las naturales especulaciones que nacen al abrigo del secreto y hace del ciudadano un actor responsable en el proceso de mantenimiento de la gobernabilidad e institucionalidad política en caso de un desenlace fatal.

El informe “Acceso a la Información de la Salud de los Jefes de Estado” elaborado por la organizacion miembro paraguaya, IDEA y el aporte de Transparencia Venezuela, Asociacion por los Derechos Civiles y Transparencia Colombia para la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información, concluye su análisis entendiendo que no parece razonable que la mayor o menor cantidad de información con la que se pueda contar en relación a la salud de nuestros gobernantes dependa en forma exclusiva de la voluntad de ellos. Considera que el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos garantiza el derecho de los ciudadanos a conocer sobre las enfermedades de sus presidentes cuando éstas son graves y pueden afectar su desempeño o la gobernabilidad; lo cual implica que, por parte del Estado, surge en estos casos una obligación de proporcionar información.

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Participación Ciudadana solicita al Ministerio Público explicación.

El acuerdo suscrito en marzo de 2011 por la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional con la entonces imputada Sobeida Félix Morel,  dado a conocer parcialmente por el matutino HOY, ha llenado de asombro y estupor a toda la sociedad. Aunque tales acuerdos son posibles en derecho, los resultados que el mismo ha producido han abierto serias interrogantes que deben ser despejadas por el Ministerio Público, pues afectan seriamente el Estado de derecho que proclama nuestra Constitución.

Las informaciones suministradas por la señora Félix Morel tenían por objeto permitir al Ministerio Público investigar a personas vinculadas a las operaciones de narcotráfico o lavado de activos realizados por José Figueroa Agosto, teniendo como contrapartida un tratamiento favorable de su caso, en términos condenatorios. Sin embargo, luego de veintiún meses de firmado el acuerdo, todos los indicios permiten inducir que una autoridad superior decidió no utilizar la información recibida y lo que es más grave aún, decidió colocarla fuera del alcance de las nuevas autoridades y del conocimiento de la ciudadanía.

Corresponderá al Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito,  y a la Procuradora Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, confirmar o no las informaciones  que circulan en el sentido de que no conocían el referido acuerdo hasta su reciente divulgación por la prensa, y si lo conocían por qué razón no ordenaron las investigaciones de lugar.

De los datos parciales divulgados se desprende que la señora Félix Morel suministró suficiente información, además de detalles muy específicos, que eran relativamente fáciles de investigar y determinar su veracidad o falsedad: si el ex general De la Cruz Consuegra invirtió o no fondos propios en la adquisición de la yipeta Lexus que se indica como regalada por Figueroa Agosto; si el ex mayor general Domínguez Castillo puede justificar la compra con recursos propios y legítimos del apartamento en la torre Don Pedro, que se le atribuye haber comprado con recursos de Figueroa Agosto o si alguna persona lo vió con los costosos relojes supuestamente regalados por el narcotraficante boricua; verificar si el coronel Fernández Castillo  tenía las facilidades para conseguir carnets del DNI, si tenía su oficina en Plaza Naco y si el patrimonio que detenta está amparado en alguna actividad legítima; si el ex coronel Sánchez Pérez tiene un apartamento en el Ensanche Ozama y el origen de los fondos para su adquisición.

Con respecto al Ing. Miguel Vargas Maldonado las dudas son hoy mayores que las existentes cuando se divulgó la información, pues su carta de explicación parece escudarse en el  mismo argumento ofrecido por otros en el sentido de que el nombre de José Figueroa Agosto no había sido dado a conocer como ligado al narcotráfico, cuando lo grave del hecho que le imputa Sobeyda Felix Morel,  es la recepción en efectivo en tres ocasiones de cien mil dólares cada vez, sin cumplir con los requisitos legales y reglamentarios de informar a las autoridades por ser operaciones que sobrepasan los US$10,000.00. En la carta de explicación nada se dice con respecto a la recepción del efectivo que se le atribuye.

El hecho de que el Ing. Vargas Maldonado era, y es, el presidente del principal partido de la oposición, que en el momento de la denuncia de la señora Félix Morel se aprestaba para competir en las elecciones presidenciales,  genera dudas muy serias que solo pueden ser despejadas a través de una investigación independiente, sobre todo si se toma en cuenta que nunca fue llamado a interrogatorio, como sí ocurrió con los militares y policía denunciados. El Ing. Vargas Maldonado debería tomar la iniciativa de ponerse a disposición del Ministerio Público para fines de ser interrogado e investigado.

La responsabilidad mayor descansa en el Ministerio Público, que es la autoridad llamada a garantizar  que los hechos criminales sean investigados y perseguidos sin discriminación de ningún tipo, y por lo tanto debe ofrecer una explicación convincente a la ciudadanía, que ante el silencio, con justificada razón, saca sus propias conclusiones, dejando muy mal paradas a las autoridades y los entes involucrados.

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Balance del año 2012

Como cada año, Participación Ciudadana pasa balance al año que termina con la finalidad de ofrecer su visión de lo acontecido y contribuir con información que permita a las autoridades y a la ciudadanía iniciar un nuevo año sin olvidar lo ocurrido en el que termina, sea para fortalecer o preservar lo bien hecho, como para corregir lo mal hecho.

Debe destacarse como la nota más positiva del año, aunque con miras al año siguiente, el cumplimiento de la Ley No. 66-97 que obliga a asignar un 4% del Producto Interno Bruto a la educación.

El año 2012 ha estado fuertemente marcado por dos acontecimientos importantes: las elecciones presidenciales y de diputados en el exterior, que dominó todo el primer semestre, y el déficit con que terminaremos, que dominó la última parte del año.

Ambos acontecimientos fueron responsables de otros tantos que resultaron de alta incidencia en la vida nacional, como el cambio de gobierno en agosto que implicó un conjunto de medidas positivas, la división del PRD y el PRSC, la imposibilidad de llegar a un acuerdo en el Consejo Económico y Social (CES) sobre el Pacto Fiscal que manda la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo (END), la aprobación acelerada y sin consenso de una ley que aumentó los impuestos y de la ley general de presupuesto para el 2013, la movilización ciudadana protestando primero por la reforma tributaria y luego por la impunidad que se pretende imponer en beneficio de aquellos funcionarios públicos que han colocado a la República Dominicana como uno de los países más corruptos del mundo y campeón indiscutible en despilfarro de los recursos públicos.

1.      El año del 4% para la Educación.

El presidente Danilo Medina cumplió su promesa de asignar en el proyecto de presupuesto para el 2013 el 4% del PIB para la educación, que aunque no es otra cosa que cumplir con el art. 197 de la ley No. 66-97, merece ser destacado y bien ponderado.

Este hecho constituye una clara demostración de lo importante que resulta para el país el empoderamiento de la ciudadanía en los temas de políticas públicas. También obliga a prestar mucha atención a la forma en que se utilizarán estos fondos.

2.      Un año de retroceso en materia electoral.

Durante el primer semestre del año se puso a prueba el sistema electoral dominicano con las votaciones que tuvieron efecto el 20 de mayo para elegir presidente y vicepresidente de la República y los diputados de ultramar.

Por nueva vez se comprobó que el organismo electoral ha logrado un control importante de los aspectos logísticos y del proceso de conteo de los votos, lo que fue corroborado por la observación electoral que realizamos, incluyendo nuestro conteo rápido.

Sin embargo, no se pudo avanzar y por el contrario, se retrocedió en el control de la modalidad de fraude electoral que ha venido ganando cada vez más fuerza en nuestro país: condicionar el voto de la ciudadanía usando masivamente los recursos del Estado e incluso con recursos captados del sector privado sin ningún cuidado y sin transparencia ni rendición de cuentas.

Participación Ciudadana denunció el uso de los recursos del Estado por parte del partido oficial en cada uno de sus seis informes de observación pre-electoral, desde noviembre de 2011, que era mucho más que evidente a través de la repartición de alimentos, materiales de construcción, electrodomésticos, publicidad estatal con fines electorales, un total desequilibrio en la publicidad electoral, visitas del presidente de la República por todo el país prometiendo y comenzando obras públicas no planificadas ni contenidas en el presupuesto en clara violación a la Constitución de la República y a todo el conjunto de leyes que rigen la Administración Financiera del Estado y los sistemas de presupuesto, tesorería, crédito público y contabilidad gubernamental.

La Junta Central Electoral falló en controlar el tiempo en la campaña y el uso de los recursos públicos y privados, a pesar de que su potestad reglamentaria había quedado claramente consolidada en la nueva Constitución aprobada en el 2010, lo que dio lugar a unas elecciones en las que no se respetó el principio de equidad que manda el artículo 211 de la Constitución.

El desborde en el gasto público alcanzó igualmente al organismo electoral, que termina el año con un déficit que en declaraciones de funcionarios electorales estaría entre 700 y 1,000 millones de pesos, a pesar de lo cual mantuvo una importante campaña publicitaria luego de concluidas las elecciones.

El año concluye sin que el Congreso haya puesto en agenda los proyectos de Ley Orgánica Electoral y de Partidos Políticos, a pesar de que todos los candidatos y representantes de los principales partidos se comprometieron durante la campaña electoral a aprobarlos antes de que finalizara el 2012.

3.      Un cambio de Gobierno y un cambio de estilo de gobernar.

El 16 de agosto asumió la presidencia el Lic. Danilo Medina y a pesar de la decepción generalizada que produjo el mantenimiento en sus funciones de cerca del 70% de los principales funcionarios públicos, no cabe duda alguna que comenzó a imponer un nuevo estilo de gobernar.

Este nuevo estilo quedó marcado con iniciativas como el decreto de austeridad y el comienzo de su cumplimiento, la destitución del Contralor General de la República por haberse asignado una pensión exagerada en sus funciones anteriores, la distribución del gasto público en pequeñas obras, la reducción significativa de todo el aparataje que rodeaban la presencia y traslados del presidente anterior, el cumplimiento de su promesa de otorgar el 4% del PIB a educación, la centralización en Promese Cal de todas las compras de medicamentos del sector público, el sometimiento a concurso de los permisos de importación de productos agrícolas y recientemente al otorgar pensiones especiales a los esforzados trabajadores de la caña, entre otras.

4.      Otro año en que la Corrupción y la impunidad siguen creciendo.

En un año en que el gobierno ha gastado más que ningún otro en toda su historia, ha quedado comprobada la enorme deficiencia que padecemos en materia de control y fiscalización del gasto público.

Han quedado al descubierto las debilidades de un Congreso Nacional que ha sustituido su función de control y fiscalización por la de asistencialismo social, en franca violación de la Constitución y las leyes, y de una Cámara de Cuentas sin los recursos y la voluntad para auditar el gasto público y sobre todo dar a conocer oportunamente los contenidos de sus auditorías.

Mención especial merece el Departamento de Persecución de la Corrupción Administrativa, cuyo director, Otoniel Bonilla, se dedicó a cerrar de manera definitiva investigaciones de corrupción justo antes del cambio de gobierno.

Transparencia Internacional divulgó su nuevo Índice de Percepción de la Corrupción, en el que la República Dominicana obtuvo una calificación de 32 sobre 100, que nos coloca entre los países en que existe una corrupción rampante. Esta evaluación coincide con otras realizadas internacionalmente, como la del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial que nos coloca en el último lugar de 144 países en despilfarro en el gasto gubernamental y favoritismo de los funcionarios públicos y en el lugar 142 en materia de desvío de fondos públicos.

Lamentablemente el presidente Medina estropeó un excelente discurso sobre sus primeros cien días enviando un mensaje de borrón y cuenta nueva al señalar que no se debía recoger piedras para arrojarlas hacia atrás. No es posible combatir la corrupción del presente o del futuro sobre la base de la impunidad de la corrupción del pasado.

Pese a no haberse aprobado todavía una Ley que garantice unas declaraciones juradas fehacientes de patrimonio y con datos fácilmente comprobables, las declaraciones de bienes realizadas por algunos funcionarios públicos ofrecen suficiente evidencia por lo menos para iniciar una seria investigación sobre el incremento de sus fortunas durante el ejercicio de las funciones públicas, partiendo de que la Constitución les obliga a probar el origen de sus bienes y les impide tener otros ingresos distintos a su salario y los percibidos por docencia mientras desempeñen cargos públicos. Igualmente debería verificarse que el incremento de tales fortunas fue declarado anualmente por ante la Dirección General de Impuestos Internos, y fueron cobrados los impuestos correspondientes.

Los niveles de transparencia en el gobierno en vez de aumentar han retrocedido este año 2012, como lo demuestra el Sexto Informe de Monitoreo a la Aplicación de la Ley de Libre Acceso a la Información Pública, realizado por Participación Ciudadana, en el cual apenas 10 entidades públicas de las 52 evaluadas alcanzaron puntuación por encima de 80 sobre 100, 18 entidades obtuvieron entre 60 y 79 puntos y 24 obtuvieron menos de 59 puntos, entre ellas la Oficina Supervisora de Obras del Estado, que obtuvo cero puntos.

5.      La evolución macroeconómica

Durante el año 2012 también se registró una desaceleración del crecimiento de la economía, aunque es de admitir que sigue siendo considerable, dado el contexto de crisis internacional. Según el informe del Banco Central correspondiente al período enero-septiembre, el producto interno bruto aumentó en 3.9%, comparado con igual período del año anterior. No se tienen datos aún del último trimestre, pero el ritmo puede haber bajado algo en virtud del ajuste hacia abajo del gasto público que hizo el nuevo gobierno. Siendo así, es previsible que la cifra final de crecimiento se ubique cerca del 3.5%, aunque bien podría alcanzar el 4% al que aspiran las autoridades.

Hasta septiembre, los renglones de mayor crecimiento fueron la energía, intermediación financiera, comercio y agropecuaria, así como educación y salud. Las actividades industriales casi no crecieron, y la industria de la construcción se redujo algo en su conjunto, pese al enorme esfuerzo de inversión pública, debido a que las construcciones privadas se redujeron.

La inflación fue muy moderada en el 2012, hasta el punto de que todavía hasta septiembre los precios apenas habían aumentado en 2.6%, aunque se estima que terminaron el año en alrededor de 4% por los marcados aumentos de finales de año. Curiosamente, el año de más baja inflación de los últimos tiempos coincide con el de mayor devaluación.

Durante el 2012, la tasa de cambio aumentó en aproximadamente un 6%, descontinuándose la práctica de hace mucho tiempo, en que se tenía alta inflación y poca devaluación, encareciendo el país frente a sus competidores y provocando una apreciación real de la moneda, que tanto daño viene haciendo al aparato productivo, e induciendo un crecimiento económico que descansa en plazas comerciales, importación de vehículos y electrodomésticos, torres residenciales y bancas de apuestas.

Congruente con este modelo de crecimiento, las cifras del sector externo son bastante negativas, pese a una ligera mejoría respecto al año previo. La balanza comercial terminará el 2012 con un déficit en torno a los US$9,000 millones, aunque el déficit en cuenta corriente se estima que disminuya, para terminar en 7.3% del PIB, unos US$4,300 millones, gracias a los ingresos por turismo y remesas.

En todo caso, es notorio que la República Dominicana se ha acostumbrado a depender de las entradas de capitales para mantener funcionando su economía. Si bien el flujo neto de los grandes montos de préstamos externos netos y colocación de bonos en el mercado internacional, que habían venido tras el acuerdo con el FMI bajó en el 2012, no desapareció, al tiempo que se mantuvo un fuerte flujo de inversión extranjera. Pero esto obedece a que el país convive con un período en que los capitales andan huyendo de Europa y buscan acogida en América Latina, y aún dentro de esta región la República Dominicana luce un buen refugio, porque se ha vendido bien como tal.

A ello ha contribuido la desconfianza de los inversionistas en dos países con vínculos muy particulares con el nuestro: Venezuela y España. Por razones distintas, los capitales están huyendo de esos países y, en el caso venezolano, nuestro país es su destino por excelencia.

Muchos de esos capitales se manifiestan a través de inversión extranjera directa en nuevos negocios, torres de apartamentos, plazas comerciales y tierras y viviendas en lugares turísticos, etc.; otros vienen a comprar activos o empresas ya existentes, mientras que otra parte se incorpora directamente al flujo financiero, para adquirir los muy atractivos bonos en moneda nacional del gobierno y del Banco Central, elemento fundamental para mantener la estabilidad de la tasa de cambio.

Sin embargo, en el 2012, a pesar de que esos capitales siguieron alimentando la economía nacional, no fueron suficientes para contrarrestar el déficit en cuenta corriente, por lo que las reservas monetarias se redujeron y el tipo de cambio subió más que la inflación interna.

Ahora bien, el elemento más destacado de la evolución macroeconómica dominicana durante el 2012 fue la gran expansión del gasto público que se produjo, sobretodo, en los renglones de inversión fija (155.4%), y de transferencias (29.8%), que incluye al sector eléctrico, aunque también creció la nómina en 12.7%. Todo esto se reflejó en la generación de un extraordinario déficit del sector público consolidado, que terminará en la acumulación de una deuda pública muy por encima de los niveles razonables para una economía subdesarrollada, de alrededor de 44% del PIB.

6.      2012: año del mayor déficit fiscal en la historia del país desde que se llevan registros.

El 4 de octubre el país recibió sorprendido el anuncio de parte del gobierno de que el déficit fiscal del sector público consolidado terminaría el año 2012 en 187 mil millones de pesos, es decir un 8% del PIB. Posteriormente el FMI informó que sería aún mayor, de cerca de un 8.5 % del PIB, rondando los 196 mil millones de pesos. En palabras del Director de la DGII, se trataba del mayor déficit fiscal en toda la historia del país desde que se llevan registros.

Las razones del déficit explicadas por el ex presidente Leonel Fernández, en un discurso al país al que se vio obligado debido a la indignación generada, fueron posteriormente cuestionadas por economistas y hasta por funcionarios públicos.

Una parte importante del déficit se produjo por la decisión del ex presidente de terminar las obras que había comenzado, como lo declaró el jefe de su gabinete económico, Temístocles Montás, y otra parte por la iniciación de nuevas grandes obras, aún en el período de transición y para lograrlo no tomaron en cuenta la violación de la Constitución de la República, la Ley Orgánica de Presupuesto, el Decreto que establece el Sistema de Programación de la Ejecución Presupuestaria, la Ley de Organización del Ministerio de Hacienda, la Ley de Planificación e Inversión Pública, La Ley de Tesorería Nacional, la Ley de Contraloría General de la República, la Ley de Función Pública, la Ley de Crédito Público, la Ley de Compras y Contrataciones de Bienes y Servicios, entre otras.

No se trató solamente del terrible daño que sobre la salud económica y financiera del Estado dominicano se infligía con las acciones que generaron este déficit, sino además el daño institucional que representa la violación de toda la normativa legal y constitucional, confirmando la inexistencia, por lo menos para nuestros gobernantes, del Estado de derecho que proclama nuestra Constitución.

El daño se incrementa ante la clara intención del nuevo gobierno de no investigar y someter a la justicia a los responsables de tales violaciones a pesar de la enorme carga que nuevamente se coloca sobre los hombros de la ciudadanía en forma de mayor endeudamiento, por un lado, y de aumento de impuestos, por otro, para contribuir a tapar el hoyo financiero generado por infracciones legales y constitucionales.

Es penoso que todo el gasto público realizado en los últimos años no contribuyera a reducir la pobreza, y que por el contrario, la pobreza se haya incrementado a 42.2% de acuerdo con datos de la Comisión Económica para America Latina y El Caribe (CEPAL).

Las múltiples informaciones sobre el nivel del déficit fiscal han venido a poner de manifiesto la debilidad del sistema de estadísticas macroeconómicas y carencia de información fehaciente a la ciudadanía. Un elemento perturbador es la falta de transparencia en la información financiera del Estado, constituyéndose el déficit del 2012 en elocuente ejemplo. Mientras que el presupuesto aprobado sólo admitía un déficit de 2.2% del PIB para todo el sector público, el informe del primer semestre del Banco Central arroja una cifra cercana al 5%, y en septiembre la Misión del FMI hablaba de 3.3%.

Tras este rejuego de cifras, la tendencia definitiva del déficit no fue revelada sino hasta el 4 de octubre, pero luego el FMI informó de datos más elevados aún, y ahora a final del año surgen informaciones de que el déficit pudiera terminar siendo más bajo. De esta manera, al cierre del 2012 el nuevo gobierno logró reducir marcadamente el ritmo de gastos públicos que llevaba el anterior, por lo que se estima que al final el déficit del sector público consolidado se situaría en torno al 7% del PIB en vez de 8.5% como había proyectado la Misión del FMI.

Es probable que el nuevo gobierno, aun sabiendo que aplicaría una política que ayudaría a reducir la tendencia del déficit, decidiera no informarlo para facilitar la aprobación de su proyecto de aumento de impuestos, lo que revela una práctica poco transparente en el manejo de la información financiera.

7.      Debilitamiento del sistema de partidos.

La fragilidad institucional que arropa a la sociedad dominicana alcanza a la mayoría de los partidos políticos. Estas elecciones demostraron una vez más que la mayoría de los partidos existen exclusivamente para venderse al mejor postor dentro del sistema clientelar que penetra por todas partes y en esas condiciones nunca tendrán posibilidad real de ganar unas elecciones. De esa manera hemos visto como el PRSC se ha reducido a la condición fuerza minoritaria con fines de negociación, sumándose a una mayoría que hace lo mismo.

En esta ocasión, la crisis en el sistema partidario ha alcanzado al principal partido de oposición, aunque por circunstancias diferentes. El PRD se encuentra sumido en una fuerte crisis interna que lo mantiene dividido en dos partes, aunque existe un conjunto de dirigentes que hacen esfuerzos por crear una tercera fuerza.

La crisis ha impedido que el PRD realice el papel que le corresponde por la votación obtenida en las últimas elecciones, restando el indispensable contrapeso que debería aportar.

Los principales líderes del PRD han sido incapaces de poner el interés del partido y de la ciudadanía por encima de sus intereses personales de control y se vislumbra un largo conflicto que terminaría de todas formas en la división formal del partido, como ya ha ocurrido otras veces en el pasado.

8.      Desempeño de las Altas Cortes.

El año 2012 fue el año de la instalación de las altas cortes. En el Poder Judicial se hizo un cambio de integrantes del Pleno de la Suprema Corte de Justicia y la ratificación de dos de la pasada gestión, de los cuales 9 jueces del ámbito penal conforman la planilla de los 16 jueces de dicho alto tribunal. Este año el Consejo del Poder Judicial fue cuestionado por jueces y empleados administrativos por su actuación poco respetuosa del debido proceso disciplinario. En particular, los jueces fueron sometidos por la toma de decisiones jurisdiccionales vulnerando la independencia funcional de la cual tanto ha luchado la ciudadanía. Si embargo se está en la espera de la revisión del proceso disciplinario tanto para jueces como para empleados administrativos.

 Una decisión importante al cierre el año 2012, fue la del Juez de instrucción especial de la Suprema Corte de Justicia, donde ordenó al ministerio público seguir con la investigación en contra del investigado Félix Ramón Bautista Rosario, por presuntos actos de corrupción y revocando el auto del archivo provisional del expediente dictado por el Director Nacional de Persecución de la Corrupción Administrativa (DPCA). A pesar de cualquier recurso procesal, la ciudadanía tiene la esperanza de que tanto la Segunda Sala Penal como el Pleno de la Suprema Corte de Justicia cumplan con su misión institucional de ser guardianes de la Constitución y de la Ley.

El Tribunal Constitucional inició sus la labores con grandes limitaciones de espacio físico y de personal, lo que justificó en los primeros meses el bajo desempeño. Sin embargo, a pesar de instalarse en agosto en su propia sede, la ciudadanía cuestiona el bajo rendimiento de los 13 jueces, ya que han evacuado hasta el momento de redacción de este balance unas 104 sentencias, hasta el punto de que una acción de inconstitucionalidad sometida por nuestra institución ante la Suprema Corte de Justicia en fecha 2 de septiembres del 2010, y transferida al Tribunal Constitucional el 31 de enero del 2012, a raíz de su establecimiento, todavía no se le haya puesto en agenda para ser conocida.

Participación Ciudadana valoró la decisión del Tribunal Constitucional en que reafirmó que el derecho a la intimidad es un valor del sistema democrático, el cual no puede restringir el derecho al libre acceso a la información pública a riesgo de desproveer a la ciudadanía de herramientas para controlar el uso y manejo de los recursos públicos.

El Tribunal Superior Electoral fue creado por la Constitución del 2010, inició sus labores con grandes retos frente al escrutinio electoral de reciente celebración, particularmente para cumplir su misión de conocer los asuntos contenciosos electorales y estatuir sobre los diferendos que surjan a lo interno de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos. Sus decisiones han sido cuestionadas poniendo en peligro su legitimidad, preocupación manifestada a ese organismo de que imparta justicia de acuerdo a la Constitución y las leyes, y de que trabaje para restablecer la confianza de la ciudadanía para garantizar la democracia interna y el fortalecimiento del sistema de partidos.

Las altas cortes deben cumplir con su misión de administración de justicia, el fortalecimiento de la institucionalidad democrática de los poderes públicos y las debidas garantías de los derechos fundamentales.

 

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6to Informe de Monitoreo de la Ley General de Libre Acceso a la Información Pública: Retrocesos y Dificultades

Es de grato placer para nosotros compartir en el día de hoy los resultados del 6to Informe del Observatorio Ciudadano a la Implementación de la Ley General de Libre Acceso a la Información, estudio realizado con la finalidad de determinar el grado de aplicación y cumplimiento de la Ley General de Libre Acceso a la Información Pública No. 200-04, en las instituciones destinatarias de fondos públicos.

A ocho (8) años de promulgada esta Ley y su Reglamento de Aplicación, desde nuestra organización hemos presentado seis (6) informes de monitoreo, con el objetivo  de promover y optimizar los niveles de implementación de la Ley, fortalecer las estructuras y procedimientos que garantizan el acceso a la información pública, impulsar una nueva cultura de transparencia en el Estado Dominicano,  apoyar la erradicación de la cultura del secreto, el  autoritarismo y la discrecionalidad y democratizar los poderes públicos.

A través de estos informes se da a conocer  el nivel de aplicación de esta normativa por un conjunto de instituciones públicas, enfocándose: primero, en  el desempeño particular de cada una y, segundo,  mostrando un panorama general del derecho a acceder a la información en República Dominicana.

El 6to Informe del Observatorio de Implementación de la Ley de Acceso la Información Pública, que hoy presentamos, es de carácter descriptivo. En su elaboración se utilizaron  técnicas cuantitativas y cualitativas, se levantó información sobre el contenido de los portales electrónicos de las entidades monitoreadas para constatar la existencia de la información relevante que garantice la transparencia y la rendición de cuentas. Adicionalmente se depositaron un promedio de seis solicitudes de información en cada una de las instituciones incluidas.

Para este informe de monitoreo, se han considerado cincuenta y dos (52) entidades públicas, las cuales fueron seleccionadas principalmente por la relevancia de sus funciones y por ser las que tienen mayor participación en el presupuesto de la nación.

Principales Hallazgos.

A ocho años de promulgada la Ley 200-04, el nivel de discrecionalidad en relación a las estadísticas institucionales es elevado. Sólo en el 54%, de los portales electrónicos de las entidades evaluadas se constató la publicación de las estadísticas institucionales.

Al comparar los resultados arrojados por las distintas evaluaciones realizadas por Participación Ciudadana, en los  años 2009, 2011 y 2012, se comprobó que en términos de publicación del presupuesto por parte de las entidades públicas en sus portales electrónicos, el avance ha sido lento y poco significativo. Para este año 2012 el nivel de  cumplimiento en la publicación del presupuesto  disminuyó. Se registró que el 56% de las entidades públicas evaluadas publicaron su presupuesto en sus portales electrónicos.  Sin embargo, sobre la ejecución del presupuesto, sólo en el 58% de las entidades públicas se verificó la presentación de la ejecución presupuestaria, por lo menos, al primer cuatrimestre del año 2012.

Del conjunto de solicitudes de información emitidas el 47% no fueron respondidas; calificando la no respuesta en lo que es denominado como “silencio administrativo”. De las solicitudes que fueron respondidas, el  4% lo hicieron fuera de los plazos establecidos y un 11% de las respuestas fueron remitidas incompletas, en transgresión a la Ley 200-04.

En el 62% de las instituciones evaluadas  se pudo verificar la publicación de un listado de proveedores en sus respectivos portales electrónicos. En cuanto a las convocatorias a concursos, en el 67% de los portales electrónicos de las entidades públicas  se constató la publicación de concursos realizados en el periodo. Los pliegos y los términos de referencias de los concursos son puestos a disposición de la ciudadanía,  en  un 65% del total de entidades evaluadas. En el 60%  de los casos pudo ser verificada la presentación de los resultados de las convocatorias en los portales electrónicos de las entidades evaluadas.

Ranking del Cumplimiento a la Aplicación de la Ley General de Libre Acceso a la Información Pública No 200-04.

A partir de las puntuaciones obtenidas por las entidades evaluadas se han clasificado las instituciones de acuerdo al grado de aplicación de la ley, en categoría “A” han obtenido una puntuación entre el rango “90 a 100”.

Las que se ubican en el parámetro “80 a 89.9” han sido clasificadas en categoría  “B”, indicando un nivel de aplicación satisfactorio; el intervalo que comprende las puntuaciones “70 a 79.9” está en la categoría “C”, indicando que medianamente se cumple con lo que exige la Ley General de Acceso a la Información Pública.

Las instituciones que están comprendidas en el rango  “60 a 69.9” pertenecen a la categoría de aplicación “D”;  en tanto que, las instituciones que obtuvieron puntuaciones en el rango de “50 a 59.9” puntos se encuentran en la categoría “E”, y  finalmente, las que  obtuvieron puntuación por debajo de “50” se encuentra en la categoría “F”. Estas últimas categorías significan un escaso o casi nulo cumplimiento de la Ley 200-04.

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PC solicita el cumplimiento de la Ley No. 194-04 sobre Autonomía Presupuestaria y Administrativa del Ministerio Público y del Poder Judicial y la designación del Defensor del Pueblo

Participación Ciudadana, movimiento cívico no partidista,  solicita al Senado y a la Cámara de Diputados que den cumplimiento a la Ley No. 194-04, donde se consigna  que el presupuesto del Poder Judicial  y del Ministerio Público  será “de por lo menos un 4.10% de los ingresos internos, incluyendo los ingresos adicionales y los recargos establecidos en el Presupuesto General del Estado, los cuales se deben distribuir en un  65%  del 4.10% para el Poder Judicial y un 35%  del  4.10%  para el Ministerio Público.

De igual manera, recuerda que debe asignar recursos a la Oficina Nacional de Defensa Pública, la cual hasta el momento opera en sólo 22 Distritos Judiciales, estando imposibilitada de garantizar el derecho  a la defensa en 19 distritos judiciales, en franca violación de la Constitución del 2010.

El párrafo del artículo 5 de dicha ley establece que “cada tres años deberán ser revisados los porcentajes con el propósito de adecuarlos a las necesidades” tanto del Poder Judicial como el Ministerio Público, situación que no se ha hecho hasta el momento en franca violación a la ley y a la Constitución.

La real independencia del Poder Judicial no sólo descansa en su autonomía funcional sino  en la garantía de poder contar con los recursos económicos necesarios para que la actividad judicial alcance la calidad que exige la ciudadanía .Los procesos de reforma y modernización del sector justicia están paralizados por no contar con los recursos necesarios para su implementación plena.

El Ministerio Público debe iniciar el proceso de captación de aspirantes a los fines de poder dar respuesta con un personal de carrera en la investigación y persecución penal para poder contribuir de manera efectiva a la demandada seguridad ciudadana.  De igual manera, no cuenta con las herramientas necesarias para enfrentar la delincuencia organizada por falta de los recursos para la adquisición de los mismos, situación que debe preocupar a toda la sociedad.

Los jueces, los fiscales, defensores públicos y los empleados administrativos de dichas instituciones laboran con grandes carencias lo que explica la dificultad de respuesta rápida y oportuna frente a las demandas de la ciudadanía de acceso a la justicia.

Participación Ciudadana solicita, además,  a la Cámara de Diputados  y al Senado la designación del Defensor del Pueblo, ya que es inaceptable que el Poder responsable de legislar y fiscalizar en representación del pueblo,  sea el primero que no cumpla con la Constitución de la República Dominicana.

Consejo Nacional
14 de diciembre de 2012

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Entrega del Reconocimiento a la Lucha Contra la Corrupción 2012 a Luis Eduardo Lora Iglesias(Huchi)

 

Participación Ciudadana, Capitulo Dominicano de Transparencia Internacional, entregó el Reconocimiento a la Lucha Contra la Corrupción 2012, al ciudadano periodista  Luis Eduardo Lora Iglesias (Huchi Lora)

Este reconocimiento fue creado por PC para ser entregado a un dominicano/a ejemplar de comprobada integridad,  probidad y seriedad.

El reconocimiento tiene además el objetivo de educar mediante el ejemplo, presentando a los ciudadanos y ciudadanas modelos positivos de conducta a ser emuladas y resaltar las virtudes ciudadanas que predicaron los fundadores y héroes de la República.

Son elegibles para este reconocimiento ciudadanos y ciudadanas dominicanos o residentes en el país que hayan dedicado parte de su vida al combate a la corrupción, que sean ejemplo de conducta ética y/o que hayan hecho una contribución significativa en este campo.

Nuestra organización valoró y consideró  los 46 años de ejercicio periodístico de Huchi Lora, porque constituyen una muestra elocuente  de su vida pública, donde ha protagonizado innumerables batallas en procura de reivindicaciones sociales y  en el combate a la corrupción pública y privada.

Su participación siempre ha sido de denuncia de la corrupción, ha estado en la primera línea en la defensa de los derechos humanos y ciudadanos, ha participado activamente en la promoción de leyes anticorrupción o que procuran la institucionalidad, la democracia y la justicia social.

Huchi Lora, junto a otros pocos periodistas, es considerado un símbolo de la prensa responsable, comprometido con las mejores causas, integro a toda prueba y aliado de quienes, como Participación Ciudadana, luchan por un mundo libre de corrupción.

El Consejo Nacional de PC se siente honrado con este  Reconocimiento de la Lucha Anticorrupción 2012, al periodista Huchi Lora porque es el modelo de ciudadano que queremos promover,  hombre sin tacha, comprometido con las mejores causas, activo, participativo, valiente, coherente y entusiasta, con el cual, estamos seguros de que podemos contar y continuar nuestras luchas.

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Jornada de Educación en Derechos Humanos

El Movimiento Cívico no Partidista, Participación Ciudadana dejó instalado el Curso-Taller de Derechos Humanos para promotores/as comunitarios/as integrados a las redes municipales de las Casas Comunitaria de Justicia.

Con la celebración de ésta capacitación se inicia, una jornada de formación de líderes comunitarios y funcionarios de la justicia y la municipalidad con el fin de generar en la población dominicana un estado de convivencia pacífica, el respeto y salvaguarda de los derechos humanos y al fortalecimiento del Estado de derecho.

Para Participación Ciudadana la democracia se sustenta del reconocimiento, protección y garantía de los derechos humanos,  por lo que es de importancia vital  que la ciudadanía y sus autoridades asuman responsabilidades compartidas por la preponderación de los mismos ante cualquier circunstancia.

En momentos en que la inseguridad ciudadana se desarrolla sin aparente control y la impunidad se impone dejando al desamparo y sin protección a la ciudadanía se hace necesario conocer y promover los derechos humanos como fundamento del sistema democrático y de derecho de nuestro país.

El Curso – Taller se realizó en Santo Domingo, Distrito Nacional durante los días 22 y 23 del  mes de noviembre del año en curso, en el Hotel Plaza Naco con la participación de 53 personas representantes de organizaciones de la sociedad civil, y autoridades judiciales y municipales. Al concluir la actividad educativa los participantes impulsarán en sus respectivos municipios un amplio programa de educación ciudadana y promoción de los derechos humanos, así como de acompañamiento de las víctimas de violación de sus derechos fundamentales a través del programa de Casa Comunitaria de Justicia que implementa Participación Ciudadana en diversos municipios del país.

Esta actividad y el conjunto de acciones a efectuar en el país cuentan con la cooperación de la Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Con este esfuerzo Participación ciudadana busca fortalecer la calidad de participación de la ciudadanía, así como los niveles necesarios de coordinación entre la sociedad civil y las autoridades competentes, pero sobre todo aportar al mejoramiento de las condiciones de seguridad y tranquilidad de los sectores vulnerables del país.

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Participación Ciudadana rechaza argumentos de Leonel Fernández y lamenta actitud del procurador Domínguez Brito

Participación Ciudadana rechaza argumentos de Leonel Fernández y lamenta actitud del procurador Domínguez Brito

Los argumentos ofrecidos por el Dr. Leonel Fernández en su reciente discurso a la nación, permiten confirmar que se han violado la Constitución y las leyes en la generación del mayor déficit fiscal que ha tenido el país, en toda su historia, desde que se llevan registros oficiales.

La reducción de los ingresos a la que alude como una de las causas del déficit, debió llevarlo como presidente de la República a contraer el gasto y no a aumentarlo, como lo hizo, violando el artículo 44 de la Ley de Presupuesto que señala que “las apropiaciones aprobadas por el Congreso de la República constituyen el límite máximo de gasto, sujeto a disponibilidad efectiva de los ingresos estimados”.

El aporte que debe hacerse cada año al Banco Central para cubrir el déficit cuasi fiscal tampoco explica el déficit del año 2012 en razón de que dicho aporte ya estaba consignado en el presupuesto aprobado por el Congreso para este año, mientras que el subsidio adicional eléctrico solo representa un 20% del enorme déficit proyectado para este año y reconocido en su discurso por el Dr. Fernández.

Una de las causas más importante del déficit ya había sido reconocida por el ministro Temístocles Montás cuando en declaraciones recientes señaló que el gasto público se expandió en más de un 2% del PIB porque el presidente Fernández “entendía” que debía terminar sus obras, lo que representó un gasto, por encima de lo presupuestado, entre 50 y 60 mil millones de pesos adicionales.

El déficit puede ser utilizado como un instrumento de la política económica de cualquier país, pero siempre debe obedecer a ciertas normas de carácter legal y constitucional, sin cuyo cumplimiento sería ilegal. En Estados Unidos, por ejemplo, el año pasado el presidente Obama estuvo a punto de cesar a 800,000 empleados federales y paralizar las operaciones del gobierno sencillamente porque la mayoría republicana en la Cámara de Representantes no le había aprobado aumentar el déficit, y estaba consciente de que gastar un solo centavo por encima del déficit autorizado comprometía su responsabilidad política y penal.

Sin embargo, en nuestro país, antes de que el Congreso aprobara el 13 de julio de este año la Ley de Presupuesto Complementario, ya el gobierno, por instrucciones del Dr. Leonel Fernández, según lo declaró el ministro Montás, había excedido ampliamente el déficit autorizado en la Ley de Presupuesto General del Estado. La posterior aprobación del presupuesto complementario no borra las violaciones ocurridas con anterioridad pues la misma no contiene una amnistía al respecto.

Por otro lado, nos ha generado una profunda decepción que el Procurador General de la República no cumplió con su deber de realizar una profunda investigación sobre las causas que generaron el déficit y entre las motivaciones para rechazar la denuncia interpuesta por Alianza País, admitió sus sentimientos personales hacia el expresidente, los que precisamente les impedían conocer y decidir la misma. La declaración del Licenciado Francisco Domínguez Brito tampoco se refiere a los contenidos de malversación y sobrevaluación de obras que incluye la instancia, ni a la posible responsabilidad de los otros funcionarios señalados, es decir el senador Félix Bautista y el ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa.

El artículo 123 del Código Penal sanciona con penas de prisión a los funcionarios públicos “que concierten o convengan entre sí la ejecución de medidas y disposiciones contrarias a las leyes”, sin importar cuáles sean estas leyes. Corresponde al ministerio público investigar si existió esta coalición de funcionarios para violar la Constitución de la República, cuyo artículo 236 establece que “ninguna erogación de fondos públicos será válida, si no estuviera autorizada por la ley”, o que obliga a que el gasto público obedezca a criterios de transparencia, planificación, eficiencia, prioridad y economía.

En los últimos años se han aprobado leyes importantes que contienen disposiciones precisamente para evitar lo que enfrentamos este año y corresponde a la Cámara de Cuentas, al Congreso Nacional y al Ministerio Público investigar si han sido violadas la ley Orgánica de Presupuesto, la de Dirección General de Contabilidad Gubernamental, la del Sistema de Administración Financiera del Estado, la del Ministerio de Hacienda, la del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, la de Planificación de la Inversión Pública, la de Tesorería, la que instituye el Sistema Nacional de Control Interno y de la Contraloría General de la República, la de Crédito Público, entre otras.

La forma en que se gastó el dinero público en los primeros ocho meses del presente año no puede ser ocultada porque corresponderá al pueblo pagar las consecuencias con sudor y lagrimas y los detalles terminarán por salir tarde o temprano, comprometiendo la responsabilidad de los autores del más grande desafuero económico de los últimos tiempos, y llenando de vergüenza a los que no cumplieron con su obligación desde las posiciones que les tocó desempeñar.

Participación Ciudadana lamenta las muertes de las personas por miembros de la Policía Nacional y recuerda al Presidente Danilo Medina, que una de las funciones esenciales del Estado es la protección efectiva de los derechos de las personas, por lo que debe ofrecer el debido amparo y garantía para el goce y disfrute de los derechos ciudadanos.

CONSEJO NACIONAL
14 de noviembre de 2012

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Transparencia y Calidad de la Democracia

Por Delia M. Ferreira Rubio

El reclamo de transparencia que se vive en la actualidad en muchos países está íntimamente relacionado con la corrupción que afecta directamente la calidad y sostenibilidad de nuestras democracias. No se trata de una moda, ni de unslogan, ni de una manía persecutoria de algunos ciudadanos indignados. Se trata de un reclamo frente

a la ruptura de los lazos de representación, a la pérdida de la confianza en las instituciones y a la insatisfacción con una forma de organización política que parece haber perdido de vista sus objetivos y promesas.

La democracia es mucho más que celebrar elecciones periódicas, más o menos limpias y justas. La democracia electoral es sólo el primer eslabón de un sistema que supone, en esencia, la plena y libre participación de las personas, en un marco de inclusión e igualdad, en el que se respetan los derechos y libertades de todos -ciudadanos y gobernantes-, donde rige el Estado de Derecho y nadie está sobre la ley, porque el gobierno no es absoluto y está sujeto a controles para garantizar que la acción política esté orientada al bienestar general.

Cada uno de estos elementos del sistema democrático está íntimamente relacionado con la transparencia. El concepto de transparencia es como una moneda de dos caras; una vinculada a la información y la apertura, la otra referida a la integridad y la ética. Esta doble exigencia ínsita en el concepto de transparencia es central para entender la potencialidad de la transparencia como mecanismo para prevenir y luchar contra la corrupción y como herramienta para el fortalecimiento de la democracia y la mejora de su calidad.

Veamos cuál es la conexión entre la transparencia y las condiciones esenciales de la democracia. Las elecciones son en nuestra democracia representativa un elemento central para la participación. ¿Podemos hablar de elecciones democráticas si no se garantiza información en cuanto al sistema electoral, los candidatos, la forma de ejercer el sufragio y la forma de contar los votos para declarar un ganador? Evidentemente no. ¿Podríamos decir que una elección es democrática si no se garantiza la integridad de la autoridad electoral o si se tergiversan los resultados para favorecer a alguno de los candidatos? Evidentemente no. No hay elecciones democráticas sin transparencia.

Pero las elecciones no son la única forma de participación de los ciudadanos. Las democracias modernas reivindican el adjetivo de "participativas", reforzando las instituciones formales e informales que convocan a la sociedad a tomar parte activa en los procesos decisorios. Mecanismos como la iniciativa popular, la legislación directa, el referéndum, el plebiscito, las audiencias públicas, los presupuestos participativos -entre otros- garantizan nuevos espacios de intervención ciudadana. ¿Podrían ser algo más que mero maquillaje democrático si los ciudadanos no contaran con información oportuna y completa respecto a las cuestiones discutidas? ¿Se ampliaría la participación efectivamente si se discriminara a quienes pueden intervenir en función de algún interés particular, o por el intercambio de favores? Evidentemente no. La transparencia es esencial en las nuevas formas de participación.

La transparencia es central en el ejercicio del gobierno. ¿Es democrático que un gobierno niegue el acceso a la información pública a sus ciudadanos? No. ¿Es democrático que un gobierno no respete los límites impuestos por las leyes y se comporte arbitrariamente? Evidentemente no. ¿Es democrático que las decisiones de políticas públicas estén orientadas al beneficio personal de los funcionarios o sus amigos, o que sean devolución de favores, en lugar de estar orientadas al logro del bienestar general? Evidentemente no. La noción de buen gobierno o gobernanza tiene en la transparencia uno de sus principales ejes.

La democracia implica un gobierno sujeto a la ley y respetuoso de los derechos y libertades de la sociedad y ello supone la existencia de controles efectivos para evitar abusos y corregir desviaciones; para hacer efectiva la responsabilidad de los funcionarios y el principio de rendición de cuentas -característico de cualquier relación de mandato. La transparencia también tiene que ver con esto. ¿Puede hablarse de control cuando el controlador depende del controlado? Evidentemente no. ¿Puede hablarse de una democracia de calidad si no se garantiza la independencia de los jueces? No. ¿Es compatible con una democracia sólida la impunidad frente a la corrupción y el mal manejo de los recursos públicos? No. ¿Se pueden hacer efectivos los controles en un ambiente de opacidad y secretismo? Evidentemente no. Otra vez, la transparencia información y la transparencia-integridad juegan un papel clave en la calidad de la democracia.

A diario vemos en las noticias, la irrupción de protestas contra gobiernos corruptos e ineptos. Desde la Primavera Árabe a los Indignados de Puerta del Sol apreciamos a grupos sociales importantes que reclaman una democracia no sólo formal, sino una democracia auténtica, una democracia sustancial o sustantiva.

La corrupción afecta las bases mismas de la relación de representación. Los ciudadanos no se sienten representados en sus intereses y necesidades. Los representantes son percibidos como agentes de intereses diversos -algunos legales, otros incluso ilegales- que compran influencia y decisiones y llegan a veces a configurar la captura del Estado. La percepción de corrupción que afecta esencialmente a las instituciones políticas socava la legitimidad del sistema y genera desconfianza en instituciones y líderes.

Cuando la corrupción avanza, la democracia retrocede. La igualdad es reemplazada por el favoritismo, la discrecionalidad, el nepotismo y el clientelismo. El acceso a la información se restringe. La libertad de prensa y de expresión sufren detrimento. Cualquier mecanismo es bueno para lograr el silencio y la opacidad. Los controles pierden autonomía y capacidad. Los mecanismos de participación se transforman en meros esperpentos o son parte de un relato que pretende imponer la idea de una democracia plena.

La corrupción afecta también lo que podríamos llamar las prestaciones de la democracia. La malversación de fondos públicos, el diseño interesado de políticas públicas o la implementación defectuosa de las decisiones afectan seriamente el desarrollo humano de un país, estancando o deteriorando los niveles de la educación y la salud pública. Por otra parte, la corrupción afecta la competitividad del país, genera inseguridad jurídica y atenta contra el crecimiento y la inversión.

El fenómeno de la corrupción no es exclusivo de algunas regiones o culturas. La corrupción puede aparecer en países ricos o pobres, centrales o periféricos. Basta una revisión de las noticias del día en los portales internacionales para observar los reportes de escándalos de corrupción; de Italia a Estados Unidos, de Bangladesh a Alemania, de Nigeria a Buenos Aires; de la FIFA a los bancos de inversión; del financiamiento de las campañas a la asignación de planes sociales; como dice el refrán español: en todos lados se cuecen habas. La diferencia radica en la forma en que las sociedades reaccionan frente a la corrupción y esa forma de reacción determina en parte la percepción de corrupción sobre cada país.

Transparency International da a conocer anualmente el Índice de Percepción de Corrupción en el que los países percibidos como más transparentes obtiene una calificación de 10 y los percibidos como más corruptos se acercan a 0. Veamos cuál es la situación en América para el Índice 2011[1].

La crisis de representación de la que venimos hablando en la región desde hace una década se ha caracterizado por la pérdida de confianza en las instituciones, particularmente las instituciones políticas. Los partidos políticos aparecen como la institución que menos confianza merece de los ciudadanos. El Barómetro Global de Corrupción[2], otro instrumento de Transparency International que consulta de opinión pública en más de 100 países, señala a los partidos políticos como la institución más afectada por la corrupción en la mayoría de los países. Siendo los partidos políticos esenciales en el modelo de democracia vigente la cuestión se vuelve preocupante.

A pesar de todo, el Latinobarómetro[3] refleja que una mayoría de la población mantiene el apoyo a la democracia como sistema de gobierno frente a cualquier alternativa autoritaria o de facto. El dato es positivo, pero no nos exime de la responsabilidad que nos compete a todos -dirigentes y ciudadanos de a pie- de contribuir al fortalecimiento de nuestras democracias.

El apoyo a la democracia no está exento de críticas. El Latinobarómetro detecta bien el perfil de "demócratas insatisfechos" que se advierte en nuestras sociedades. Las políticas públicas no han logrado en muchos casos cumplir con las promesas de la democracia formuladas expresamente -o entendidas tácitamente- en el momento de la restauración de los regímenes democráticos. La sociedad quiere elecciones, pero también reclama políticas que satisfagan sus necesidades de salud, educación, vivienda, transporte, que apunten a la reducción de la pobreza y la generación de oportunidades de trabajo y desarrollo personal y colectivo. La corrupción, el clientelismo, el mal manejo de los recursos estatales son algunos de los factores que conspiran contra el objetivo central de la democracia que es el bienestar general.

La transparencia puede contribuir a fortalecer la gobernanza a través de políticas públicas orientadas al desarrollo humano y al crecimiento económico; puede facilitar el control y la participación; puede mejorar los niveles de integridad en la gestión pública, recomponiendo así los lazos de confianza entre gobernados y gobernantes.  La transparencia actúa como antídoto contra la corrupción porque aumenta el riesgo al que se exponen quienes se involucran en tratos corruptos. En fin, la transparencia puede contribuir a elevar la calidad de nuestras democracias.

¿Qué medidas concretas deberían ponerse en marcha? En primer lugar, la garantía efectiva del derecho de acceso a la información pública. No sólo a través de la regulación de un proceso formalista de pedidos de informe, sino también mediante la implementación de iniciativas de apertura gubernamental. La apertura informativa, a su vez, facilita una participación activa e informada de la ciudadanía, para lo cual es necesario implementar mecanismos reales de intervención y crear los espacios aptos para esa participación. Las consultas y audiencias no pueden ser utilizadas sólo como una forma de apariencia democrática.

Es indispensable reforzar la integridad en la función pública, a través de leyes de ética que recojan los principios guía de la conducta funcionarial. Los códigos de ética pública deben incluir instancias y procedimientos que prevengan, detecten y eliminen los conflictos de interés en la gestión, regulando el problema de las incompatibilidades y el fenómeno de la "puerta giratoria". Se debe penalizar también el enriquecimiento ilícito, la venta de influencia, el soborno, entre otras conductas.

Fortalecer los mecanismos de control es central para poder instalar un gobierno transparente y libre de corrupción. Para que el control sea efectivo y eficaz debe reunir tres condiciones básicas: debe ser independiente desde el punto de vista político; debe tener capacidad y contar con los recursos necesarios y debe tener competencia y legitimidad para ejercer en plenitud sus funciones. El control es indispensable para poner en marcha la responsabilidad de los servidores públicos. Esa responsabilidad exige, por un lado, la rendición de cuentas y, por otro, la asunción de las consecuencias de la inconducta.

Un control eficaz y un marco de apertura y libertad de información son condiciones básicas de transparencia e integridad que permiten terminar con la impunidad. Si los actos corruptos no tienen consecuencias para sus actores; si no hay reparación de daños; si todo da igual; si las causas terminan prescribiendo, no hay ningún incentivo para corregir situaciones disvaliosas y la democracia seguirá cautiva de los intereses personales de los poderosos de turno. Terminar con la impunidad es central para mejorar la calidad de la democracia.

Todas estas medidas contribuirán a mejorar los niveles de transparencia y a prevenir y evitar la corrupción. Pero el problema de la corrupción no es sólo un problema legal o institucional; es también un problema cultural y social. La corrupción no terminará mientras las sociedades sigan tolerando con indiferencia la falta de integridad en el ejercicio del poder y la opacidad en el manejo de los recursos públicos. La transparencia requiere un compromiso de participación ciudadana. Es indispensable generar una demanda de transparencia que se traduzca en el voto popular. "Roban, pero hacen" no puede seguir siendo el justificativo para tolerar la corrupción.

El desafío es importante. Dejemos de ser demócratas insatisfechos y seamos ciudadanos activos, informados y participantes. Involucrémonos en la reconstrucción de los consensos valorativos básicos de la sociedad y revaloricemos la integridad y los principios de la democracia como sistema de vida y no sólo como mecanismo de elección de autoridades.

El compromiso para mejorar la calidad de la democracia podría sintetizarse en la fórmula de "las 4 i": más información, más integridad, menos impunidad y menos indiferencia.

Síntesis de la conferencia brindada el 25 de Octubre de 2012 en el Conversatorio Santiago – Pensar para Proponer, organizado por la Oficina Senatorial de Santiago. Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Consultora Internacional. Miembro del Board de Transparency International. www.deliaferreira.com.ar

[1]http://cpi.transparency.org/cpi2011/
[2] http://gcb.transparency.org/gcb201011/
[3] http://www.latinobarometro.org/latino/latinobarometro.jsp

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Respetemos La Constitución: Las Leyes Tributarias Son Leyes Orgánicas

En caso de aprobación sin la mayoría calificada que exige la constitución, recurriremos al tribunal constitucional.

Ha causado sorpresa la declaración del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, en el sentido de que las leyes tributarias no son leyes orgánicas, lo que permite prever que el gobierno, que no quiso llegar a un consenso en el seno del Consejo Económico y Social, tampoco quiere hacerlo en el Congreso Nacional.

El artículo 112 de la Constitución prevé que para la aprobación de las leyes orgánicas se requiere del voto favorable de las dos terceras partes de los presentes en ambas cámaras, y califica como orgánicas las que regulan  “el régimen económico y financiero”.

La Constitución dominicana está dividida en títulos, y los títulos en capítulos, y los capítulos en secciones.  El título XI se denomina “DEL RÉGIMEN ECONÓMICO Y FINANCIERO Y DE LA CÁMARA DE CUENTAS”.  Esto implica que todo lo que está incluido en este título, incluyendo sus capítulos y secciones, es materia de las leyes orgánicas por mandato del artículo 112 antes citado.

El Capítulo II de este título de la Constitución se denomina “DE LAS FINANZAS PÚBLICAS” y  dentro de este capítulo  se encuentra la sección III denominada “DE LA TRIBUTACIÓN”.  Entonces, no cabe duda alguna de que la tributación es materia económica y financiera y por tanto es materia de las leyes orgánicas.

Las leyes orgánicas han sido introducidas en la nueva Constitución para obligar a los partidos políticos a consensuar temas de gran trascendencia, como indiscutiblemente  lo es la materia tributaria y evitar que algún partido pueda imponer en este tipo de materia  una mayoría absoluta que pueda poseer temporalmente. El consenso solo beneficia a la ciudadanía, sin importar cuál sea el partido que deba ser tomado en cuenta para alcanzar la mayoría calificada requerida.

Participación Ciudadana informa al país que en caso de que la reforma tributaria que acaba de ser introducida al Congreso sea  aprobada con una mayoría distinta a la que requiere la Constitución para las leyes orgánicas, elevará una acción de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.

Consejo Nacional

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