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Evaluación final del proceso electoral del 2004

Después de evaluar exhaustivamente todos los aspectos del proceso electoral que acaba de culminar con la elección de nuevos presidente y vicepresidente de la República, el movimiento cívico Participación Ciudadana desea reiterar un cálido reconocimiento a la vocación democrática del pueblo dominicano, protagonista fundamental del éxito en que han culminado estos comicios.

Estas elecciones han demostrado la madurez democrática de la sociedad dominicana, la cual, no obstante las dificultades derivadas de la elección de una Junta Central Electoral por imposición de una mayoría senatorial partidista, y a pesar del trauma histórico del reeleccionismo, hizo prevalecer la voluntad popular.

Esta culminación exitosa de los comicios presidenciales fue posible también por el sistemático mejoramiento de los mecanismos del sistema electoral dominicano, cada vez mejor revestido de previsiones para garantizar la transparencia del ejercicio del sufragio. Esta vez se incluyó la plastificación de las actas de los colegios electorales, el uso de escanner para el proceso de cómputo y de la transmisión de los resultados a través de una línea exclusiva. Eso, junto a un padrón fotográfico que volvió a demostrarse efectivo tras numerosas pruebas y verificaciones, a la consulta y participación permanente de los delegados políticos, a la expedición de duplicados de la cédula hasta el 14 de mayo y otras disposiciones de similar importancia, ha sido fruto de las luchas de la sociedad dominicana, especialmente en el último decenio, para superar los traumas electorales.

No puede pasar desapercibido que estos fueron los primeros comicios organizados por una Junta Central Electoral sin asesoramiento internacional y cuyos integrantes, a pesar de su conflictiva designación original, fueron receptivos a la mayor parte de las sugerencias de las diversas instancias políticas y sociales dominicanas y, en la recta final, de reconocidas instituciones internacionales, cuya presencia fue sin duda una gran contribución a la consecución de unos comicios libres y transparentes.

A continuación queremos resaltar los aspectos fundamentales del proceso electoral de este año, que marcan avances significativos en la historia democrática dominicana:

1.Estos son los comicios de la historia nacional que más rápido han arrojado un ganador, reconocido por su principal contrincante, en este caso un presidente en ejercicio, y por la Junta Central Electoral que proclamó el presidente electo a la 1.45 de la tarde del día 17, a menos de 20 horas del cierre de las urnas. Sin ninguna impugnación ni negociación.

2.A pesar de las muchas aprensiones durante todo el proceso, la población ejerció el sufragio en un ambiente de libertad y orden, y la votación se realizó con un mínimo de incidentes, aunque resulta penoso que se registraran tres muertes en Barahona. La abstención verificada, de aproximadamente 27%, se mantuvo muy cercana al promedio de los últimos cuatro procesos electorales presidenciales.

3.De nuevo se demostró que el uso y abuso del poder, evidente a lo largo del proceso, ya no es suficiente para torcer la voluntad de una ciudadanía que ha aprendido a valorar el poder de su voto. Ni las políticas clientelistas ni el uso privilegiado de una gran diversidad de medios de comunicación en manos del Estado lograron variar las tendencias que con mucha anticipación mostraron las encuestas. Confiamos que en próximos certámenes tendremos un sistema judicial con capacidad para sancionar estas transgresiones legales.

4.La disposición de expedir duplicados de la cédula hasta el 14 de mayo y las campañas cívicas de los últimos tiempos contribuyeron a una reducción de la compra de cédulas, aunque esa práctica fraudulenta todavía no ha desaparecido y se registraron varios intentos en diversas localidades del país, los cuales desafortunadamente no fueron objetos de persecución judicial y quedaron impunes.

5.El padrón electoral fotográfico volvió a revelarse como un instrumento eficaz y difícil de vulnerar, sin que se registraran dislocamientos ni exclusiones de consideración. Las personas que no aparecieron en los colegios indicados en sus cédulas representó una proporción poco significativa del total de electores. Estas y otras fallas menores, sólo afectaron al 0.47 por ciento de los electores. Pese a que estos inconvenientes no tuvieron incidencia significativa en los resultados finales, es importante que esta cuestión sea abordada por la JCE para lograr su corrección en próximos torneos electorales.

6.Nuestra observación electoral muestra que el escrutinio se realizó con normalidad en el 90 por ciento de los colegios. En el 5.6 por ciento hubo confusiones en el manejo de los formularios; en el 3.0 por ciento algunos delegados dificultaban el desarrollo del cómputo; en el 0.3 por ciento fueron sacados delegados de partidos, y en el 2.3 por ciento hubo algún tipo de restricción al trabajo de los observadores nacionales e internacionales. Diecinueve de nuestros observadores fueron sacados de los colegios de votación a la hora de contar los votos, en algunos casos por imposición de los delegados de partidos políticos y en otros por ignorancia de los miembros de tales colegios que desconocían que los observadores estaban acreditados para permanecer hasta la culminación del proceso de conteo.

7.Debe señalarse que en estas elecciones estuvieron presentes alrededor de 300 observadores extranjeros, incluidos los invitados de los partidos políticos y de la sociedad civil, además de los casi 7 mil voluntarios que integraron la red nacional de Participación Ciudadana, con la colaboración de más de un centenar de organizaciones sociales dominicanas. El trabajo de estos observadores, junto al de la Comisión de Seguimiento instituida por el Diálogo Político Nacional y de la mayoría de los representantes diplomáticos acreditados en el país, fueron factores fundamentales en la exitosa culminación del proceso electoral.

8.La amplia participación de los delegados de los partidos políticos en las decisiones de la JCE y en todo el proceso organizativo de las votaciones es un ingrediente importante para la transparencia y la limpieza de los comicios.

9.El conteo rápido realizado por Participación Ciudadana volvió a demostrar su eficacia como mecanismo para conocer con rapidez el resultado electoral. En esta ocasión, por primera vez, también jugaron su papel las encuestas a la salida de las urnas. Debemos abogar porque en el futuro puedan ser difundidos los resultados de esas investigaciones inmediatamente después del cierre de los colegios de votación, como ocurre en la mayoría de naciones.

10.Los rumores y denuncias sobre intentos de vulnerar la voluntad popular fue el resultado de las aprensiones y el nerviosismo a la hora del escrutinio. No registramos un solo caso real de asalto de centros de votación ni robo de urnas, y la exhibición de armas de fuego no fue diferente a la que, lamentablemente, predominó en la campaña electoral. Ante los rumores fue notorio que el presidente de la JCE actuó con diligencia, llamando a los observadores a hacer acto de presencia en su sede y a las máximas autoridades militares a garantizar el orden, como en efecto ocurrió. Una propuesta de silenciar los medios de comunicación encadenándolos a las transmisiones de las JCE, fue oportunamente desechada por la mayoría de los jueces electorales.

11.El procesamiento de la votación en los colegios electorales y las juntas municipales volvió a constituirse en un serio problema, principalmente por el exigente sistema de validación de las actas, que si bien por un lado es garantía de transparencia, por el otro se presta a la táctica dilatoria que aplican muchas veces los perdedores. En los mayores núcleos de electores, como en la junta del Distrito Nacional y en los municipios de las provincias de Santo Domingo y Santiago, se pudo comprobar un patrón de dilación intencional por parte de los delegados del partido que obtuvo el segundo lugar en las votaciones.

Participación Ciudadana considera que todavía quedan reformas pendientes para mejorar el sistema electoral, comenzado por la plena separación de las funciones organizativas o administrativas y las contenciosas en dos organismos distintos. Así mismo sobre la forma de elegir sus integrantes que, dicho sea de paso, en el caso de las funciones administrativas debería incluir a profesionales vinculados con las ciencias informáticas y gerencia de procesos y no únicamente a abogados.

También debe legislarse para hacer más perentorio el control sobre el financiamiento de los partidos y candidatos, especialmente en lo concerniente a la contribución del presupuesto nacional y sobre la extensión de las campañas electorales para reducirlas y bajar su costo, pues la búsqueda de financiamiento a menudo compromete la independencia de los futuros gobernantes y legisladores.

Además, de la experiencia reciente se deriva la necesidad de revisar la reglamentación para reducir el margen de maniobras dilatorias de los delegados políticos y para agilizar el transporte  y la entrega de urnas y resultados de los colegios electorales a las juntas municipales.-

Convendría asimismo, ponderar la posibilidad de crear una fiscalía electoral, similar a la existente en Panamá, para que se ocupe de perseguir y establecer sanciones a los que incurran en delitos electorales.

Finalmente, deseamos dejar constancia y destacar el extraordinario interés mostrado por ciudadanos de todos los sectores sociales y todas las regiones del país, que se ofrecieron y participaron voluntariamente, de manera ejemplar y activa, como observadores o miembros de los colegios electorales, coadyuvando de esta manera a la realización de unos comicios pulcros y transparentes en los cuales prevaleció la voluntad soberana de los votantes.

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