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Participación de la Sociedad Civil en la Politica Gubernamental

Participación de la Sociedad Civil en la Política Gubernamental, es el nombre de la ponencia que presentó Miriam Díaz Santana, Coordinadora General de Participación Ciudadana, en el Seminario Internacional “Coordinación y Eficacia Gubernamental: Elementos Básicos del Buen Gobierno, que auspició el PARME.

Una de las características distintivas de lo que se puede denominar como desarrollo de la democracia en la República Dominicana, es la participación de una amplia representación de organizaciones y personalidades de la sociedad civil en organismos y espacios de coordinación que anteriormente, o no existían, o eran considerados de exclusiva incumbencia  del Estado. Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que la participación de la sociedad civil ha aportado riqueza y contenido al concepto de democracia que tienen nuestros líderes políticos., específicamente son aportes claros la visión de género, derechos de la niñez, defensa del medio ambiente, ciudadanía, democracia participativa, Estado de derechos, rendición de cuentas, transparencia, entre otros conceptos fundamentales en las democracias modernas.

Es oportuno reconocer que a estos esfuerzos de concertación se puede atribuir, en gran medida, el clima de gobernabilidad  que ha predominado en el país desde mediados de la década pasada, a pesar de la persistencia de la pobreza, la falta de energía eléctrica, las deficiencias de todos los servicios públicos  y otros factores detonantes de las protestas sociales. A simple vista se observa una alta correlación entre el funcionamiento de los espacios de participación y el clima de gobernabilidad. Así, cuando estos espacios se debilitan, crecen las protestas y el disgusto con el gobierno de turno, que se expresa a través de los medios de comunicación y por diversas vías.

La relación Estado-Sociedad Civil ha tenido un desarrollo discontinuo, con altas y bajas que, en nuestra apreciación, coinciden en gran medida con los momentos de inicio y de término de los gobiernos.  En los primeros dos años, los dos últimos gobiernos han tomado interesantes iniciativas de concertación y han establecido mecanismos para una relación más o menos fluida y abierta con los representantes de la sociedad civil. Sin embargo, llegada la segunda parte del período de gobierno, esta relación tiende a deteriorarse de manera significativa. Eso pasó con el Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana y se está reproduciendo con el actual gobierno del Partido Revolucionario Dominicano, con el agravante de que, una posible repostulación del Presidente Mejía  podría convertirse en un elemento de deterioro de esa relación.

Desde su fundación en el 1993, Participación Ciudadana  surge con una clara vocación de promover la participación de la ciudadanía en espacios y organismos que sirvan al objetivo de desarrollar el sistema democrático en nuestro país y buscar soluciones adecuadas y concertadas a los problemas que afectan a nuestra nación.

En sus primeros años, nuestra organización se dio a conocer fundamentalmente por sus pronunciamientos y acciones en reclamo de la celebración de elecciones libres y transparentes. Nuestros primeros esfuerzos importantes de concertación con el Estado se concentraron en la relación con la Junta Central Electoral y, como consecuencia,  con las representaciones de los partidos políticos en ese organismo. Al principio estas relaciones fueron tensas y hubo mucha resistencia a aceptar que un grupo de ciudadanos constituidos en un movimiento cívico, pudiera participar en el proceso electoral, aunque fuera sólo observando. Anteriormente, había habido participación de observadores internacionales y de comisiones de notables, designadas para intervenir en crisis electorales, pero nunca se había visto a ciudadanos y ciudadanas comunes, al interior de los colegios electorales, tomando nota de las incidencias del mismo.

A siete años de nuestra primera experiencia y habiendo realizado la observación de cuatro elecciones, dos presidenciales y dos municipales y congresionales,  nuestro balance de esta relación es definitivamente positivo. Debemos reconocer que las autoridades electorales han contribuido de manera determinante en esta experiencia, así como también los partidos políticos, que han terminado  solicitándonos la observación de sus elecciones internas. La opinión pública en general, la ciudadanía, gobiernos extranjeros y organismos internacionales, han mostrado una gran valoración hacia esa intervención de Participación Ciudadana en las elecciones y es una apreciación generalizada que la misma ha contribuido al desarrollo democrático de la República Dominicana y es un ejemplo de cómo podemos relacionarnos sin vulnerar las competencias de cada parte.

Con el Estado Dominicano, en sus diferentes poderes, hemos participado y contribuido en los siguientes espacios:

  • Intervención en la selección de los jueces de  la Suprema Corte de Justicia. ( 1997)
  • Definición de Estrategias Hacia el Siglo XX1, con la Suprema Corte de Justicia (2001).
  • Encuentros Fiscal y Comunidad en todo el país. (2002-2003)
  • Comisión  Especial para la Reforma Constitucional. ( 2001)
  • Consejo Consultivo del Gabinete Social. (2001 a la fecha)
  • Consejo Asesor en Materia de Lucha anticorrupción. (2001-2003)
  • Diálogo Nacional Gobierno del PLD. (1997-98)
  • Dialogo Nacional Gobierno del PRD (2002-2003)
  • Acuerdo con la Procuraduría General de la República y Departamento de Prevención de la Corrupción. (2001)
  • Coordinación con la Cámara de Diputados para definir el perfil del Defensor del Pueblo y realización de seminario internacional. (2001)
  • Comisión de seguimiento de las auditorias sociales. (2001 a la fecha)
  • Copatrocinio del Seminario para el seguimiento de la Convención Interamericana  contra la Corrupción. (2002)
  • Foro Nacional Educación Para Todos.(2003)
  • Convenios y acuerdos con diferentes ayuntamientos para integrar las comunidades a la gestión municipal. (2000 a la fecha)
  • Acuerdos para la implementación del programa de contrataciones transparentes, en varios municipios. (2003)
  • Acompañamiento al trabajo de las mujeres síndicas. (2003)

ALGUNOS APRENDIZAJES Y PUNTOS PENDIENTES.

La relación entre el Estado y la Sociedad Civil arroja enseñanzas para ambas partes, dignas de ser discutidas y tomadas en cuenta. No dudamos de las buenas intenciones que impulsan la creación de los diferentes espacios de coordinación, pero lo cierto es que, con frecuencia, el discurso no se concretiza en la práctica y los resultados terminan siendo realmente pobres. Muchas veces, estas relaciones atraviesan por la mediatización de los estilos e intereses particulares de funcionarios, que no necesariamente responden a los lineamientos trazados por las instancias superiores.

Desde el ámbito estatal   y político podemos señalar  obstáculos como:  el recelo, la exclusión de interlocutores no preferidos;  ausencia de planes  que derivan en la  improvisación; la falta de dedicación y el incumplimiento de los acuerdos; toma de decisiones sin consulta y prepotencia, entre otras.

Del lado de la sociedad civil también pueden identificarse vicios como la dispersión, tendencia hacia procesos complejos y lentos; intereses creados, competencia desleal entre organizaciones, inercia y desconfianza.

Habiendo reconocido que los espacios de coordinación son positivos y que ha habido buenas intenciones en su creación, debemos señalar también que los mismos han sido en general ineficientes, con las excepciones de espacios sectoriales, como los producidos en educación y salud, en los que las reformas y programas  han contado con una buena coordinación y con resultados palpables.

No pasa lo mismo con esfuerzos en los ámbitos políticos, de reformas democráticas y de políticas sociales, los cuales han sido mas ineficaces. Podemos citar los casos de la Comisión para la Reforma Constitucional que trabajó arduamente durante varios meses para lograr acuerdos de consenso y cuyas recomendaciones fueron cambiadas o ignoradas inmediatamente por los actores políticos del Palacio Nacional y del Congreso. Otro caso digno de mención es el del Consejo en Materia de Lucha Anticorrupción, que no ha logrado tener ninguna incidencia y del cual Participación Ciudadana terminó renunciando.

Mención especial merecen los espacios de diálogo nacional creados por los dos últimos gobiernos, en los cuales se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo, sin que hasta el momento hayan tenido ningún resultado concreto. De ahí que un grupo de organizaciones que integran la COALICIÓN POR LA TRANSPARENCIA Y LA INSTITUCIONALIDAD haya declarado su renuencia a seguir participando sin una garantía de respeto de los resultados.

Pobres han sido los avances en las coordinaciones de lucha contra la pobreza, así como en la organización y regulación de las relaciones de las organizaciones sin fines de lucro con el Estado.

No quiero dejar en el ambiente una impresión de pesimismo o desaliento. Participación Ciudadana nació y ha vivido por casi 10 años con una vocación de diálogo y concertación. Seguiremos creyendo y clamando por la concertación y contribuyendo en los espacios que sea necesario, sin pedir nada a cambio, sin disputarle sus competencias a ningún funcionario, político o legislador y siempre dentro de una práctica del respeto y la  buena voluntad de contribuir al progreso de este país.

En estos momentos, sin embargo, estamos muy preocupados por indicios de autoritarismo, desconocimiento de las leyes, intolerancia, militarismo, primitivismo y desbordamiento de pasiones e intereses y, sobre todo, corrupción e impunidad, ambiente dentro del cual es muy difícil que se desarrolle la cooperación, el diálogo y la concertación. Lamentablemente se están repitiendo las prácticas que caracterizan a la última etapa de los gobiernos,  en la que la sociedad civil  se convierte en un elemento de molestia.

El espectáculo del 16 de agosto en la Cámara de Diputados nos ha preocupado mucho porque nos muestra a una clase política atrapada en el pasado. Queremos seguir participando, queremos contribuir, no buscamos nada a cambio, sólo que se respete la ley y se establezcan con transparencia las reglas del juego, que se administren bien y honradamente los recursos, que se gobierne a favor de la mayoría, que se haga justicia, que se cumplan las promesas, en fin, que predomine la decencia y el entendimiento.

Creemos que esto no es mucho pedir y que todos los dominicanos estamos en condiciones de aportar al logro de estos objetivos. DEBEMOS PASAR YA DE UNA DEMOCRACIA FORMAL A UNA DEMOCRACIA REAL.

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