Sabemos que todo lo que el ser humano hace se puede mejorar. Que el ser humano no es perfecto, empero, es perfectible. Comprendemos y hemos asimilado que nadie es perfecto, es inevitablemente excelente, pero una organización sí puede marchar hacia la excelencia y la perfección. Porque en la organización, nos afincamos en las fortalezas de cada uno, por eso, nadie es más inteligente como todos juntos.