La corrupción es antigua en la República Dominicana, como en otros países ha estado presente desde los primeros tiempos en la época de colonia y ha sido una práctica constante en nuestra historia que se ha extendido y ha afectado los avances, la institucionalidad, la gestión pública, el desarrollo democrático y la justicia social.
La corrupción ha echado raíces por el abuso de poder de quienes han ostentado puestos de dirección a nivel público y privado, por las debilidades que persisten a nivel procedimental en las instituciones, por la falta de transparencia en la gestión pública que traspasa marcos legales existentes, por una cada vez mayor presencia del crimen organizado, la circulación de dinero ilícito y sobre todo por la falta de ética e integridad de una parte de las personas en función pública y de un régimen de consecuencias que dé al traste con la impunidad y la falta de consecuencias.
En el presente documento abordamos estos tópicos y como la corrupción afecta de manera diferenciada a las mujeres en toda su diversidad y a las personas LGBTIQA+