La campaña electoral para las elecciones generales del 2016 llega a su final con la misma inequidad que había caracterizado la pre-campaña, fruto de una desproporcionada concentración de recursos en manos del partido gobernante y de la repostulación, no sólo del presidente y la vicepresidente de la República, sino de todos sus senadores y diputados y de gran mayoría de los alcaldes.