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En tiempos como este, la transparencia y la integridad importan más que nunca

La pandemia del virus COVID-19 exige una acción global rápida. En el momento de escribir este artículo, 164 países están afectados, más de 200.000 personas han sido infectadas y más de 8.000 han muerto. Un número creciente de países ha impuesto límites a la vida pública para contener la pandemia, restringiendo actividades no esenciales como viajes y reuniones sociales, o cerrando escuelas, oficinas, universidades y espacios recreativos.

Durante crisis como la actual, el riesgo de corrupción en la atención médica se incrementa por la presión sustancialmente elevada que sufre el sistema de salud. La perturbación, la incertidumbre y la distracción contribuyen a un entorno en el que algunos actores intentan aprovechar la crisis para su propio beneficio.

Es esencial que la transparencia, la apertura y la integridad se mantengan y se extiendan a todo el sector salud. Hemos identificado diferentes medidas clave para el control de la corrupción en el sector salud. Estas medidas incluyen, entre otras posibles, la publicación abierta de investigaciones sobre vacunas y tratamientos, la protección de los alertadores en los sistemas de salud y garantizar la igualdad de acceso a tratamientos que salvan vidas.

Sin embargo, la necesidad de transparencia y rendición de cuentas va más allá de los propios sistemas de salud.

Medidas de emergencia
Muchos países, regiones y ciudades han declarado estados de emergencia o invocado poderes extraordinarios similares para ayudar a prevenir la propagación del virus y acelerar así la toma de decisiones y la asignación de recursos. Estas medidas son clave y casi siempre necesario.

Sin embargo, la concentración de poder no debe, bajo ninguna circunstancia, conducir a su abuso. Es prioritario que los poderes de emergencia se ejerzan sólo para los fines para los cuales fueron otorgados.
Las salvaguardas para el control de la corrupción nunca deben relajarse ni eliminarse, de lo contrario corremos el riesgo de socavar nuestros esfuerzos para servir al bien público, mientras que los corruptos actúan con impunidad. El Consejo de Europa declaró que las protecciones esenciales al "estado de derecho, la supervisión parlamentaria, el control judicial independiente y los recursos internos efectivos, deben mantenerse incluso durante un estado de emergencia".

Sin embargo, en algunos países dónde las elecciones, las sesiones parlamentarias y otras actividades políticas han sido suspendidas para cumplir con las prescripciones sanitarias, muchos procesos normales de supervisión y rendición de cuentas también han sido severamente interrumpidos o alterados. Para cubrir el riesgo que esto supone, los gobiernos deberían hacer todo lo posible para actuar con integridad y compartir abiertamente la información con la ciudadanía. Para ello, asegurar el acceso a la información es clave para que en el futuro exista una clara rendición de cuentas por las decisiones tomadas ahora.

Ejemplos como el de Serbia nos ilustran la relevancia de nuestra reclamación.  El presidente Aleksandar Vučić ha hablado públicamente sobre la compra de equipos sin "procedimientos de adquisición por escrito" y agregó: "algún día me pueden enjuiciar por proporcionar respiradores a la gente". Si bien esta compra en particular puede haber sido para el mejor interés público, aceptar la crisis como un motivo para rechazar o detener las reglas de adquisición y la transparencia en el proceso, inevitablemente resultará en corrupción. Mientras tanto, el Primer Ministro de Serbia ha sembrado la confusión y ha expresado su preocupación al decir falsamente que la cantidad de respiradores en el país era un "secreto de estado".

Sumas extraordinarias
Ya se discuten paquetes de estímulo masivos para ayudar a las economías a recuperarse del impacto de la pandemia. En este sentido, la crisis actual también es un recordatorio de la importancia de la transparencia e integridad con la que las empresas e industrias presionan para acceder a fondos públicos. Los gobiernos deben proporcionar una justificación razonada de las decisiones que toman para contener la pandemia e impulsar sus economías, de modo que aseguren la confianza del público.

Información y desinformación abundante
En tiempos de crisis como los actuales, los medios de comunicación y la sociedad civil tienen un papel especialmente importante para proporcionar al público información confiable, independiente y actualizada en. El periodismo responsable y la experiencia de la sociedad civil pueden ayudar a detener la propagación de información falsa y, por lo tanto, contribuir en la construcción de confianza pública en el gobierno, factor clave para ofrecer respuestas efectivas ante la crisis. Estas voces deben ser protegidas, y los poderes de emergencia nunca deben usarse para reprimir la libertad de prensa. En Honduras, sin embargo, el artículo constitucional que protege la libertad de expresión, incluida la libertad del ejercicio periodístico, ha sido revocado por el estado de emergencia relacionado con COVID-19.

Para la mayoría de las personas afectadas por la pandemia, el foco principal es cuidarnos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestras comunidades. Sin embargo, durante estos tiempos extraordinarios, también debemos permanecer atentos frente a las amenazas a las libertades y a la justicia en nuestras sociedades.

Un Comunicado de Transparencia Internacional.

Traducción realizada por Paola Palacios y Mariel Miranda de Transparencia Mexicana (@IntegridadMx).
Photo by Markus Spiske on Unsplash
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