Palabras Pronunciadas Por Melba R. Barnett, Coordinadora General De Participacion Ciudadana En Ocasión De La Recepcion De Bienvenida A Los Participantes En El Seminario: Experiencias Regionales En El Desarrollo De Consenso Sobre Calendarios Electorales
En la República Dominicana, al igual que en otros países de la región, la década de los 90 y en especial el trienio 1994-1997 constituyó un período decisivo para la democratización del sistema político-electoral. Por un lado, se promulgaron importantes reformas constitucionales y otros cambios en la normativa electoral, que contribuyeron a fortalecer las instituciones electorales y a hacer mas transparentes e idóneos los procesos de administración de los comicios; siendo dichas transformaciones un resultado de importantes avances en materia de participación ciudadana.
Las peculiaridades del sistema electoral dominicano actual son, en gran medida, un producto de la crisis política posterior a las elecciones de 1994, que con la firma de un acuerdo entre los diversos partidos políticos y líderes de organizaciones eclesiásticas, sindicales y empresariales y personalidades de la nación, que trajo como resultado la reforma constitucional del 4 de agosto de 1994, que modificó el sistema electoral vigente hasta el momento.
Las modificaciones en el ámbito electoral comprendieron un cambio en la proporción de votos válidos que requiere un candidato presidencial para ser elegido, pasando de la mayoría simple a la mayoría absoluta o el 50% más un voto, como una consecuencia de la anterior disposición, se establece un sistema de doble vuelta electoral en caso de que ninguno de los candidatos logre la mayoría requerida; se estableció la separación de las elecciones municipales y congresionales de las presidenciales con un período de dos años entre cada proceso; se prohibió la reelección presidencial consecutiva y por último, se modificó el sistema de votaciones mediante la organización de los denominados Colegios Electorales Cerrados.
En 1997, año en que se introducen otras cuatro reformas al sistema electoral mediante las cuales se dispone financiamiento del Estado a los partidos políticos para la campaña electoral, se establece una cuota de candidatura femenina no menor al 25% para los cargos congresionales y municipales, se crean circunscripciones electorales para elegir los diputados y regidores, y se otorga el derecho al sufragio de los dominicanos residentes en el exterior. De estas reformas las dos ultimas están pendientes de ser ejecutadas.
Estas reformas han implicado importantes avances en el proceso de fortalecimiento de las instituciones electorales y en términos de la organización de comicios más libres, diáfanos y transparentes en el país entre 1994 y el 2000.
Asimismo consideramos que este conjunto de reformas electorales planteadas, han contribuido a mejorar la competencia político-partidaria y han creado condiciones más propicias para la participación desde la sociedad civil en favor de la democratización del sistema político dominicano.
No podemos dejar de destacar que el fortalecimiento del sistema electoral que se experimentó en el país entre 1994 y 2000, y en particular el impacto de las reformas en la organización de comicios más libres, diáfanos y transparentes, son en gran medida el resultado de una mayor presión de la sociedad civil sobre el sistema político dominicano y en particular sobre las elites partidarias.
Participación Ciudadana, consciente de la importancia de las reformas introducidas al sistema electoral, así como de su impacto sobre el sistema político dominicano, considera que, a partir de las experiencias electorales de los últimos cuatro años, es oportuno establecer cuales son los aspectos del sistema político-electoral que deben ser fortalecidos o modificados.
Para cumplir con este objetivo Participación Ciudadana ha auspiciado, con el concurso de otras instituciones, un conjunto de eventos, entre los cuales se encuentra el seminario que mañana inauguraremos.
Los seminarios anteriores celebrados en julio y noviembre pasados se orientaron a la discusión de las reformas electorales pendientes de aplicación, es decir, la implementación para el 2004 del voto en el exterior y la aplicación del mandato que establece una nueva forma de votación mediante Distritos Electorales, a partir de las elecciones municipales y congresionales del 2002, con el objeto de garantizar que los ciudadanos y las ciudadanas que resulten electos(as) en las elecciones generales de dicho año y los subsiguientes, "sean una verdadera representación del sector de los habitantes que los eligen" (Art. 79 de la ley electoral).
En este nuevo evento, auspiciado por el Participación Ciudadana, el National Democratic Institute (NDI), el Centro Carter, International Foundation for Electoral Systems (IFES), el debate se centra en tres de las reformas ya aplicadas.
Los temas que serán abordados en esta ocasión lo constituyen:
Los colegios cerrados y la división por sexo de la jornada electoral, cuya administración comprende las fases de instalación del colegio, inscripción de las votantes en el formulario especial de concurrentes y votaciones y, el escrutinio en la tanda de la tarde. Esta medida fue establecida con el propósito de reducir el margen de fraude el día mismo de la jornada electoral. Sin embargo los avances logrados en la conformación de un padrón electoral fotográfico, obliga a una revisión de este sistema de votaciones que, de no ser modificado, podría incidir sobre la tasa de asistencia electoral en elecciones futuras.
Un segundo tema de debate del seminario tiene que ver con la mayoría requerida para ganar las elecciones en la 1ra. Vuelta. La regla de que para ser elegido un candidato debe obtener el 50% + uno de todos los votos válidos necesita ser analizada. Esta disposición encontró su primera prueba de fuego en las pasadas elecciones, cuando el candidato del PRD obtuvo 49.8% de las votaciones y el doble en porcentaje con relación a los otros dos competidores, sin embargo no logró la mayoría constitucional exigida para ganar en la primera vuelta. La decisión del candidato que quedó en la segunda posición de renunciar a participar en una segunda vuelta como exigía la ley electoral permitió, en esta ocasión que hubiera una salida a este impasse.
Participación Ciudadana considera que sería de gran importancia para la estabilidad democrática del país que la clase política dominicana examine esa, y otras experiencias en el ámbito regional, a fin de ponderar la conveniencia de introducir alguna calificación o mecanismo que permita una salida institucional a este tipo de disyuntiva.
El tercer tema es el relativo al calendario electoral. Con relación a la separación de las elecciones, hay quienes han planteado que mantener elecciones cada dos años conlleva someter al país a una campaña electoral permanente, lo que afecta la marcha de gran parte de las actividades de la sociedad dominicana y resulta muy costoso, por lo que se propone que las elecciones presidenciales y las congresionales y municipales se realicen en un mismo año separadas por unos meses, o que se retorne al sistema anterior de boletas separadas para cada elección. Otros plantean que las elecciones se mantengan separadas, debido a que nuestro sistema político da poco espacio para la expresión popular, y para cuestionar las ejecutorias gubernamentales de manera efectiva.
La elección del congreso dos años después de instaurado el nuevo gobierno puede ser un elemento importante para que la población exprese su desacuerdo con las ejecutorias del partido de gobierno, por lo que proponen que lo que debe hacerse es hacer cumplir la ley electoral de que las campañas duren sólo los 90 días consignados en la ley electoral; otros proponen, inclusive, que se reduzca la duración de la campaña.
Esas y otras disyuntivas forman parte de la agenda del seminario "Experiencias Regionales en el Desarrollo de Consenso sobre Calendarios Electorales, Sistemas de Doble Vuelta y Medidas para Garantizar la Transparencia de los Procesos Electorales" que mañana inauguramos.
Damos bienvenida fraternal y calurosa a todos y todas los (as) participantes, en especial a los señores y señoras ex magistrados electorales que nos prestigian con su presencia. Estamos plenamente convencidos respecto al aporte que significa para este seminario su experiencia en materia electoral, a los especialistas e intelectuales que nos acompañan y que contribuirán con sus exposiciones a clarificar los temas para la discusión y sugerir líneas de acción para la búsqueda de consenso.
Estamos confiados en que este seminario, como aconteció con los dos que efectuamos el año pasado, constituya un espacio para el análisis y la discusión de las principales dificultades que enfrentan las instituciones y los procedimientos electorales, y que aporte las sugerencias y recomendaciones necesarias para mejorar y fortalecer el sistema electoral dominicano.